Mantener un suministro de alimentos seguro requiere más que una adhesión diligente a los protocolos de saneamiento: los fabricantes de alimentos y bebidas necesitan un enfoque integral de la inocuidad alimentaria en todos los niveles de su organización. La cultura de inocuidad alimentaria abarca la responsabilidad de los empleados, la formación y la educación, la comunicación entre los interesados y el compromiso del liderazgo superior de la empresa. Sin embargo, los fabricantes tienen un conjunto único de vulnerabilidades que dificultan mantener una cultura de inocuidad alimentaria
A continuación, los principales desafíos que obstaculizan el establecimiento de una cultura de inocuidad alimentaria efectiva y constante, así como algunos consejos sobre cómo superarlos::
A diferencia de los distribuidores y otras organizaciones en la cadena de suministro de alimentos, los fabricantes tratan con materias primas y productos manejados directamente por los trabajadores de primera línea. Como resultado, los productos de alimentos y bebidas que se están produciendo son más vulnerables a la contaminación que en cualquier otra etapa de la cadena de suministro.
Es importante establecer y reforzar la cultura de inocuidad alimentaria en las instalaciones de fabricación para evitar incumplimientos normativos y poner en riesgo al consumidor. Los fabricantes pueden lograr niveles más altos de adhesión a los protocolos y mejores prácticas fortaleciendo el compromiso con la inocuidad alimentaria desde el liderazgo, invirtiendo en más formación y dedicando más tiempo en los horarios de los empleados para seguir adecuadamente los protocolos.
En 2021, la Gran Renuncia provocó una salida masiva de empleados de todas las industrias, incluida la fabricación de alimentos. En 2022, Food Engineering informó que el 58% de los fabricantes de alimentos encuestados dicen que tienen poco personal, frente al 50% del año anterior.
La alta rotación de empleados puede causar una ruptura en la cultura de inocuidad alimentaria de dos maneras. Primero, las líneas de producción con poco personal pueden carecer de los recursos para mantener la inocuidad del producto. En segundo lugar, la integración constante de trabajadores inexpertos en el proceso de producción aumenta la posibilidad de error humano. Los fabricantes pueden combatir esto mediante la optimización de la capacitación en inocuidad alimentaria y dando acceso de manera frecuenta a actualizaciones sobre mejores prácticas. El seguimiento de los empleados también puede ayudar a la gerencia a detectar y corregir errores más rápidamente.
Los fabricantes de alimentos y bebidas a menudo están bajo presión para cumplir con objetivos de producción ambiciosos, especialmente cuando intentan recuperarse de las pérdidas de ganancias durante la pandemia. El ritmo acelerado del entorno puede dificultar la priorización de las prácticas de inocuidad alimentaria y mantener una cultura de inocuidad alimentaria constante. Como resultado, tanto los líderes como los empleados de primera línea podrían tomar atajos o incluso saltarse pasos en el proceso de producción para cumplir con los objetivos de la empresa, lo que resulta en posibles contaminaciones y otros problemas de inocuidad alimentaria. Los líderes de la empresa deben permanecer vigilantes sobre la priorización de la inocuidad alimentaria y permitir trabajos de alta calidad, incluso si eso significa reducir la producción y permitir más tiempo para el control de calidad. La inocuidad alimentaria siempre debe anteponerse a las cuotas de producción.
Durante los últimos años, muchos fabricantes de alimentos y bebidas han tenido que modificar drásticamente sus estrategias de adquisición y encontrar proveedores nuevos, confiables y consistentes. Los desafíos y retrasos continuos en el envío también pueden alterar drásticamente los horarios de producción y crear periodos críticos desafiantes.
Con tanto cambio y caos, puede resultar difícil evaluar a los proveedores o asegurarse de que todos los proveedores cumplan con los mismos estándares de inocuidad alimentaria. Los líderes de la empresa necesitan mantener un riguroso programa de gestión de proveedores para asegurarse de que sus proveedores no están tomando atajos o sacrificando la inocuidad alimentaria. Al mismo tiempo, es importante que los trabajadores de primera línea estén especialmente atentos a los posibles problemas de inocuidad alimentaria con las materias primas con las que están trabajando.
Mantener una sólida cultura de inocuidad alimentaria es crucial para los fabricantes de alimentos y bebidas para garantizar la inocuidad de sus productos, proteger a los consumidores y evitar costosos retiros del mercado. Sin embargo, lograr y mantener una cultura fuerte de inocuidad alimentaria requiere superar desafíos. Los fabricantes deben ser proactivos en mantener los estándares, abordar la escasez de personal y la interrupción de la cadena de suministro, y proporcionar la formación de más alta calidad a su fuerza laboral. A veces, el apoyo externo es la mejor manera de superar estos obstáculos.
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