La inflación seguirá siendo una de las principales preocupaciones en todo el mundo en 2024, lo que aumentará los costos de vida y de hacer negocios en todas las industrias. Para los consumidores, el aumento de los precios de los alimentos, el gas y otras necesidades está incrementando las presiones financieras y a la par va reduciendo la calidad de vida. En el sector de fabricación de alimentos y bebidas, los mayores costos de mano de obra, transporte y suministros están afectando los ya reducidos márgenes de ganancias aún afectados por la pandemia.
A medida que estas presiones inflacionarias continúan aumentando, los problemas se multiplican y amenazan notablemente la inocuidad alimentaria global . Mientras las operaciones continúan colapsando bajo el peso de los excesivos costos operativos, podría haber un impacto en los sistemas de inocuidad alimentaria. A continuación se explica cómo mitigar los riesgos.
La inflación afecta todos los aspectos de una operación (desde la mano de obra hasta el abastecimiento y la producción) y tiene un efecto compuesto en el aumento de los costos comerciales para los fabricantes de alimentos y bebidas. Las partes interesadas de la industria han visto que esto conduce a problemas como:
Un aumento en los costos comerciales impide que los fabricantes de alimentos y bebidas inviertan en infraestructura y tecnología, particularmente en un momento en el que los sistemas de seguimiento digital son necesarios para cumplir con los estándares de trazabilidad y agilizar las operaciones en medio de una escasez de mano de obra. La tecnología y las herramientas que los fabricantes necesitan para seguir siendo competitivos y superar los desafíos del mercado actual pueden permanecer fuera de su alcance si las partes interesadas no tienen suficiente flujo de efectivo para costearlos y se centran, en cambio, en ahorros de costos a corto plazo.
Es importante identificar las soluciones que son fundamentales para lograr objetivos a largo plazo (como una trazabilidad y un cumplimiento normativo más optimizados, una mayor visibilidad de la cadena de suministro y un mantenimiento de registros más automatizado) y desarrollar un plan para realizar estas inversiones. Considerar reasignar presupuestos, vender equipos viejos y otros activos, e incluso solicitar préstamos.
Los desafíos de la cadena de suministro/inflación incentivan a los proveedores sin escrúpulos a participar en fraudes alimentarios por motivos económicos, poniendo a los consumidores en riesgo si estos ingredientes ingresan al suministro de alimentos. Al mismo tiempo, el aumento de los costos de los ingredientes podría alentar a los fabricantes de alimentos y bebidas a buscar proveedores más asequibles, lo cual aumenta el riesgo de encontrarse con infractores o sacrificar la calidad para reducir los costos. Estos riesgos de abastecimiento resaltan la importancia de contar con procesos sólidos de investigación de proveedores y transparencia de la cadena de suministro para garantizar la integridad e inocuidadde los alimentos.
Antes de firmar con nuevos proveedores, los fabricantes deben realizar evaluaciones exhaustivas de las prácticas que estos tienen para inocuidad alimentaria, medidas de control de calidad y cumplimiento de las normas reglamentarias. Deben solicitar descripciones detalladas de sus procesos y pedir documentos y certificaciones. También es importante considerar la reputación del proveedor en la industria. Cuando sea posible, realice auditorías en el lugar, revise las certificaciones y solicite muestras para realizar pruebas para garantizar que el nuevo proveedor cumpla con sus estándares de calidad y seguridad del producto.
A medida que el impacto de la inflación y los problemas de la cadena de suministro se irradian a lo largo de una operación, los turnos con escasez de personal pueden dejar a los trabajadores sobrecargados de responsabilidades y a la gerencia incapaz de mejorar la eficiencia. Estos desafíos, a su vez, pueden debilitar la respuesta a situaciones de crisis cuando algo sale mal. Es posible que estas limitaciones de recursos sean responsables del reciente aumento en las retiradas de productos de alimentos y bebidas, lo que refuerza la necesidad de que los fabricantes den prioridad a la inversión en transformación digital. A medida que la inflación continúa debilitando el mercado, mejorar la eficiencia no es solo una forma de crecer sino una forma de mantener estándares básicos de inocuidad alimentaria.
Dado que los expertos no pueden predecir cuándo disminuirá la inflación, es importante que los fabricantes de alimentos y bebidas enfrenten esto como un desafío a largo plazo. Afortunadamente, muchas de las soluciones que pueden mejorar la resiliencia en este panorama se alinean con los objetivos de la industria en materia de transformación digital, aumento de la transparencia y mejora de la eficiencia. La clave es encontrar las estrategias y soluciones que mejor se adapten a su operación específica.
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