Comprender lo que viene en materia de inocuidad alimentaria en 2025 comienza con un repaso del año que acaba de terminar—y qué año fue 2024. Estos son algunos de los principales cambios que marcaron el panorama de la inocuidad alimentaria:
- Se prohibió el aceite vegetal bromado (BVO): La FDA revocó la autorización del aceite vegetal bromado (BVO) para su uso en alimentos y bebidas, con efecto a partir del 2 de agosto. El BVO se acumula en los tejidos del cuerpo y puede generar efectos perjudiciales para la salud. La decisión se basó en estudios que demostraron claramente estos riesgos. De hecho, muchas grandes marcas de bebidas ya habían dejado de utilizarlo antes de la prohibición formal.
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- Se introdujo la Regla Final de Trazabilidad de Alimentos: Emitida bajo la Sección 204 de la FSMA, esta nueva norma establece una Lista de Trazabilidad de Alimentos (FTL) para ingredientes considerados de alto riesgo, como el queso, los huevos con cáscara y las mantequillas de nuez. Las instalaciones que trabajan con alimentos incluidos en esta lista deberán cumplir requisitos estrictos de registro y trazabilidad para facilitar retiros más rápidos y eficaces en caso de contaminación. Aunque esta norma entra en vigor en 2026, es fundamental comenzar a prepararse desde ahora.
- El sésamo sigue siendo un desafío para los fabricantes: Desde que el sésamo fue añadido a la lista de alérgenos mayores en 2023, pasando de ocho a nueve, muchas instalaciones han tenido que reconfigurar sus procesos. Esta situación ha generado decisiones controvertidas sobre el uso de ingredientes, y se perfila una confrontación entre los fabricantes y la FDA. Los consumidores, especialmente quienes padecen alergias al sésamo, están atrapados en medio de este debate, enfrentando una reducción en la variedad y disponibilidad de productos.
- Las políticas impulsadas por los estados ganan protagonismo: California aprobó una regulación que prohíbe el uso de Colorante Rojo No. 3, aceite vegetal bromado (BVO), propilparabeno y bromato de potasio. Esta medida ya se anticipaba, pero lo que sorprendió fue el creciente impulso por parte de varios estados para liderar la regulación en materia de inocuidad alimentaria. Esta tendencia podría intensificarse a medida que más estados se preparan para posibles conflictos regulatorios con el nuevo gobierno federal.
- Reestructuración del programa de Alimentos Humanos de la FDA: La FDA comenzó en 2023 una importante reorganización interna, cuyo objetivo es crear una estructura regulatoria más eficiente, segura y capaz. Aún no está claro si se tratará de una renovación completa o solo de una reorganización cosmética.
- La FDA inició la aplicación completa de la Regla de Defensa Alimentaria rule: Aunque esta regla ya estaba vigente desde hace tiempo, antes de septiembre de 2024 su cumplimiento solo era revisado parcialmente. A partir de esa fecha, la FDA comenzó a realizar inspecciones y auditorías formales, marcando una nueva etapa en la aplicación rigurosa de esta normativa.
- Cambio de administración: nuevas prioridades: Las elecciones presidenciales de EE. UU. resultaron en un cambio significativo: el Partido Republicano, liderado por Donald Trump, asumió el control de los tres poderes del gobierno. Aunque aún no está del todo claro cómo se traducirá esto en términos de políticas alimentarias, es probable que haya cambios en la FDA, en las normas de inocuidad y en su fiscalización. Una de las primeras decisiones fue retirarse de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que podría tener implicaciones profundas para la inocuidad alimentaria.
¿Qué Esperar en 2025?
Incluso para ser un año electoral, 2024 estuvo cargado de novedades en materia de cumplimiento y regulación en inocuidad alimentaria. Con todo lo que ocurrió, cuesta imaginar que 2025 pueda ser aún más agitado, pero todo indica que así será. Estos son los cambios más importantes que se avecinan en el ámbito de la inocuidad alimentaria para 2025:
- La FDA podría seguir el ejemplo de California: La FDA está revisando actualmente una propuesta para prohibir el Colorante Rojo No. 3, después de que California lo prohibiera a nivel estatal. Si decide avanzar con la prohibición, validaría la postura de California de tomar la iniciativa en materia de regulación alimentaria y podría alentar a otros estados a legislar de manera independiente como una forma de presionar a la FDA para que actúe con mayor rapidez. Para los fabricantes de alimentos, esto puede derivar en una situación frustrante: un entorno regulatorio cada vez más fragmentado que impone medidas de cumplimiento impredecibles e incluso contradictorias entre estados y el gobierno federal.
- El USDA iniciará acciones para controlar la Salmonella: El Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) está abordando con seriedad el tema de la Salmonella como socio del plan “Healthy People 2030” del CDC, que busca reducir las enfermedades transmitidas por alimentos. Las nuevas reglas propuestas por el USDA prohibirían la venta de productos avícolas con niveles de Salmonella superiores a los nuevos umbrales más estrictos, y exigirían que productores y procesadores implementen programas de pruebas microbiológicas. Se espera una versión actualizada de esta normativa para mediados de 2025, aunque es probable que la regla final no entre en vigor hasta dentro de varios años.
- La nueva administración establecerá nuevas prioridades: ¿Qué podemos esperar de Robert F. Kennedy Jr. como director de la FDA? Aunque la cobertura mediática sobre su nombramiento se ha centrado en sus posturas respecto a las vacunas y los medicamentos, Kennedy ha sido durante mucho tiempo un crítico abierto de las regulaciones alimentarias en Estados Unidos. Si bien es difícil predecir con exactitud el futuro —especialmente dentro de la compleja burocracia de las regulaciones federales y los procesos normativos—, es razonable anticipar que usará su cargo para impulsar las causas que ha defendido durante años: la eliminación de ciertos aditivos alimentarios, la reducción del procesamiento excesivo de alimentos y la limitación de la influencia que ejercen los grandes productores sobre las políticas públicas.
- Prioridades inciertas surgirán del Proyecto 2025: Al igual que con la designación de Kennedy como Secretario de Salud y Servicios Humanos, esta es una situación de "esperar y ver". El Proyecto 2025, impulsado por grupos conservadores y cabilderos, es más conocido por sus propuestas en otros ámbitos, pero también contempla varios cambios importantes en materia de cumplimiento y regulación alimentaria. Entre sus objetivos destacan: derogar las guías alimentarias federales, eliminar los requisitos de etiquetado para alimentos genéticamente modificados y reducir en general la regulación y supervisión federal en el sector. Aún es imposible saber qué tanto peso tendrá este plan bajo la nueva administración, pero vale la pena analizarlo para entender los posibles cambios que podrían llegar.