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La llegada del COVID-19, en el 2020, no solo afectó a las cadenas de suministro globales, sino que amenazó los procesos existentes que mantenían seguro el suministro de alimentos. Los rigurosos protocolos que los supervisores y empleados habían seguido por años se vieron repentinamente sumergidos en el caos dadas las limitaciones laborales, los plazos ajustados de entrega y la incapacidad de reducir la velocidad y planificar una respuesta a la crisis. La industria se adaptó de forma exitosa, pero los expertos advierten que otra pandemia es inevitable y que podría ser incluso peor que la del COVID-19.

Si el siguiente virus fuera más contagioso o difícil de neutralizar, muchos de los protocolos promulgados durante la última pandemia podrían no ser suficientes y los fabricantes de alimentos estarán de vuelta en el punto de partida. Para prepararse, los líderes deben adoptar un nuevo enfoque en la capacitación que va más allá de los protocolos de saneamiento. Las pandemias representan una amenaza existencial, por lo que la capacitación alimentaria debe enfocarse en empoderar a los trabajadores para garantizar la continuidad operativa y el cumplimiento de las normas, independientemente de la escala de la crisis. Compartimos tres acciones para tener en cuenta:

1. Priorizar la seguridad del empleado

Durante un brote viral, los empleados de su planta corren el mismo riesgo de exposición que los consumidores a los que ellos intentan proteger de una contaminación de alimentos. Vaya más allá de los requisitos regulatorios para defender la salud y el bienestar de los empleados durante estos tiempos peligrosos. El plan de inocuidad alimentaria y saneamiento es inútil sin trabajadores que lo ejecuten, entonces honre el riesgo que están tomando y gane su confianza priorizando su seguridad.

Como parte del programa de capacitación, incluya información detallada sobre cómo cambiará la operación y cómo se protegerá a los trabajadores en sitio si surgiera otra pandemia. Enseñe técnicas de saneamiento diseñadas específicamente para mitigar los riesgos de exposición, incluso si disminuye la productividad. Resalte canales de comunicación adicionales para reportar inquietudes, riesgos y otros problemas a la gerencia.

2. Planificar en caso de restricciones de personal

En la próxima pandemia, los mandatos de distanciamiento social podrían ser incluso más extremos de lo que fueron durante el COVID-19, lo cual crearía una nueva ola de desafíos con el personal. Como es casi imposible predecir los protocolos de mitigación en el futuro, los empleados necesitan entender cómo escalar sus responsabilidades de inocuidad alimentaria de acuerdo con la disponibilidad de personal. Además de capacitar a los empleados sobre procedimientos de saneamiento, describa cómo las operaciones podrían cambiar en el evento de otra pandemia, incluyendo cómo los empleados deberán verificar el trabajo de sus colegas. En un ambiente rápidamente cambiante, es difícil evitar la falta de comunicación y los pasos en falso, pero el trabajo en equipo puede ayudar a garantizar el cumplimiento de las normas.

3. Empoderar a los empleados para que lideren

Una cultura de responsabilidad es clave para crear un suministro de alimentos seguros, y en una situación de crisis, con tanto potencial para que los procesos sean interrumpidos, los empleados deben adoptar la mentalidad de que son dueños de todo el programa de inocuidad alimentaria y saneamiento. Más allá de la adherencia, hay que enseñar a los empleados a monitorear los procedimientos y buscar oportunidades para mejorar la eficiencia. En una pandemia operando con personal limitado, esto podría mejorar drásticamente la resiliencia y facilitar que los trabajadores noten los elementos de acción que pasaron por alto o las brechas en las normas de cumplimiento.

Desde el 2020, los fabricantes de alimentos y bebidas han experimentado una transformación increíble y la mentalidad de los empleados sobre su rol en inocuidad alimentaria también debe cambiar. Como hemos visto durante los últimos años, la inocuidad alimentaria requiere más que estrategia y sistemas bien planeados: requiere una ejecución experta por parte de trabajadores dedicados y bien capacitados. Sin las personas y los recursos adecuados, la inocuidad alimentaria queda comprometida.

Las capacitaciones actualizadas de AIB International pueden ayudar a los fabricantes de alimentos y bebidas, y a sus empleados, a prepararse para la próxima pandemia. Para los fabricantes que cumplen con normas específicas, la organización ofrece la Certificación de Preparación ante Pandemias, la cual ayuda a mejorar la confianza de los empleados y de los consumidores.

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