Proteger la salud va más allá del mero cumplimiento de las normativas de inocuidad alimentaria; los fabricantes deben infundir una cultura de inocuidad en todos los aspectos de su operación. La cultura de inocuidad alimentaria es un elemento fundamental de las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), y abarca desde políticas y procedimientos hasta la actitud del personal. Las inspecciones de tercera parte se convierten en un indicador de la efectividad de esta cultura.
Pero, ¿en qué se fijarán los inspectores y cómo evaluarán el desempeño de sus instalaciones? A continuación, le proporcionamos una guía sobre cómo prepararse para asegurar que su operación sea evaluada de manera satisfactoria desde un inicio:
1. Conozca los estándares que se deben cumplir
Para prepararse de manera efectiva para una inspección, es fundamental comprender el conjunto de estándares que los inspectores utilizarán para evaluar su operación. Los estándares de inocuidad alimentaria son definidos y aplicados por diversas organizaciones al rededor del mundo, y cada esquema tiene criterios específicos que se deben cumplir en distintas categorías. Ya sea a través de un curso o de manera autodidacta, siempre es buena práctica estar familiarizado y comprender cada uno de los criterios antes de una inspección, y ajustar sus programas en consecuencia. Uno de estas normativas con reconocimiento en la industria son las Normas Consolidadas para Inspección de AIB International.
2. Garantice un control adecuado de plagas
Antes de una inspección, es fundamental hacer una revisión minuciosa de los registros de control de plagas y asegurarse de haber abordado de manera efectiva cualquier problema que haya surgido en el pasado. Los inspectores pueden acceder a la documentación relacionada con problemas previos de plagas, por lo que usted debe estar preparado para ahondar sobre cualquier incidente previo y la forma en que su instalación abordó el problema. Además, no olvide inspeccionar todos los dispositivos de control de plagas, tanto en el interior como en el exterior de sus instalaciones, para asegurar que se encuentren limpios, sin obstrucciones y funcionando adecuadamente.
3. Audite el comportamiento del personal
¿Sus empleados mantienen estándares de higiene adecuados? Realice observaciones para verificar que los empleados sigan los procedimientos de lavado de manos, utilicen guantes, cubran su cabello con redes y sigan las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM). Aborde cualquier problema de inmediato para fomentar un cumplimiento más riguroso. Cuando sea posible, programe breves sesiones de capacitación con el personal para actualizar o refrescar los lineamientos de higiene, explicando la importancia de seguir las mejores prácticas y las consecuencias de no hacerlo.
4. Revise los procedimientos operativos
¿Qué tan familiarizados están sus empleados con los detalles de las regulaciones y los procedimientos de inocuidad? Lleve a cabo una revisión completa de todos los protocolos operativos, incluyendo cómo gestionar el control de alérgenos y qué medidas tomar en caso de contacto cruzado. Además, verifique la precisión de todos los registros recientes de inocuidad alimentaria asegurándose de que los empleados estén completando la documentación de manera adecuada.
5. Realice el mantenimiento pendiente de las instalaciones
Inspeccione sus instalaciones para asegurarse de que el edificio y el equipo cumplan con el código. Preste especial atención a la integridad de las entradas. Las puertas y ventanas deben sellarse completamente para evitar que las plagas y otros elementos ambientales no deseados ingresen a las instalaciones. Los problemas estructurales como la pintura descascarada, las grietas en el piso y otros problemas también deben abordarse para evitar accidentes o contaminación del producto.
6. Revise las condiciones sanitarias de la planta
Finalmente, determine qué tan efectivamente sus empleados están manteniendo la higiene de las instalaciones. Lleve a cabo inspecciones previo al inicio de las operaciones para evaluar el estado de su planta y asegúrese de que el personal en turno resuelva cualquier problema identificado. Es responsabilidad de los empleados garantizar la limpieza constante de las instalaciones, especialmente antes de una inspección de terceros. Preste atención al cumplimiento de los horarios de limpieza, la eficacia en la ejecución de tareas y la precisión en la documentación de su trabajo.
Una sólida cultura de inocuidad alimentaria es la base para cumplir con las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y las normativas. No obstante, mantener los más altos estándares puede ser desafiante, incluso en circunstancias ideales. Las inspecciones de tercera parte pueden ayudar a identificar debilidades en su operación y unir a su equipo para trabajar con mayor diligencia.
Durante más de un siglo, AIB International ha respaldado a fabricantes de alimentos y bebidas en todos los aspectos de la capacitación y certificación, además de colaborar en el diseño de programas que cumplen con las regulaciones y mejores prácticas de inocuidad alimentaria. ¿Necesita ayuda para fortalecer su cultura de inocuidad? Programe una inspección de entrenamiento de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) para estar listo ante cualquier futura evaluación.